Limpieza de final de obra
Una vez acabado los trabajos, será el momento de hacer una limpieza general de obra. Es recomendable hacer esta limpieza antes de empezar incluso con la mudanza o cambio de mobiliario, debido a que hay algunos escombros que podrían rayar el suelo de la vivienda.
La limpieza de final de obra tiene que hacerse por orden, para poder asegurar que no queda ni una esquina sin limpiar. Lo más útil para esto es dividir el trabajo de limpieza por zonas y tareas:
Quitar el polvo. El primer paso es eliminar la suciedad superficial. Para esta tarea, es mejor usar una aspiradora en vez de una escoba o un plumero, ya que con la aspiradora almacenamos directamente el polvo en el depósito y nos evitamos tener que ir juntando la suciedad para luego recogerla.
Limpiar paredes y techos. Cuando la pintura ya esté seca, hay que repasar las paredes y los techos para quitar cualquier partícula incrustada. Este proceso es mejor hacerlo con cuidado y con productos especiales para evitar dañar la pintura. Suelen emplearse lijas de bajo gramajes y acetonas.
Eliminar las manchas complicadas. Es habitual que la suciedad más incrustada se encuentre en ventanas y suelos. Existen productos especiales para eliminar los restos de cemento, yeso o pintura que se hayan podido derramar. Lo más importante es que trates de hacerlo cuanto antes, porque cuanto más se seque, más difícil será de eliminar. Para las manchas de barniz o de pintura: son muy útiles los esmaltes de uñas con acetona. Es muy sencillo de limpiar, solo tenés que mojar la mancha de barniz o de pintura con el esmalte y rasparla con alguna espátula o cuchillo redondo hasta que vaya aflojando.
Para las manchas de barro o de cemento, te recomendamos que primero mojes un trapo con un producto que sea desincrustante y luego que lo pases en toda el área manchada. Con ayuda de la espátula podés terminar de retirar la suciedad.
Limpieza de azulejos tras la obra. Si realizaste una reforma en el baño o la cocina, es posible que los azulejos tengan restos de masilla y polvo, lo cual hace que se vean opacos. Para conseguir un acabado reluciente, bastará con pulirlos con un producto desincrustante específico para azulejos y una esponja húmeda.
El repaso final. Una vez limpio el grueso de la suciedad, es el momento de realizar una limpieza tradicional. Limpiar los muebles, fregar el suelo y limpiar las ventanas. Al finalizar la limpieza de toda tu vivienda, lo ideal es pasar una aspiradora para eliminar cualquier suciedad del piso que pueda haber quedado dando vuelta. Logrando de esta manera que tu hogar quede impecable.